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12 de agosto de 2015

Servicio de Salud Chiloé realizó jornada para protocolo de entrega de placenta

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En el contexto del respeto por los derechos fundamentales de la ciudadanía, y bajo la idea de crear espacios con pertinencia cultural al interior de la Red de Salud, se desarrolló durante la semana recién pasada, una jornada de  Sensibilización para La Generación de un Protocolo de Entrega de la Placenta.

La placenta es uno de los órganos más eficaces  del cuerpo y las mujeres son capaces de generarlo con cada embarazo. Constituye la conexión vital del bebé con la madre. Pero su significado de “vida” y su simbología trascienden lo meramente fisiológico. La concepción y el tratamiento que se le da a la placenta está directamente relacionado con factores culturales, lo que la transforma en un órgano importante lleno de significados, costumbres y ritos relacionados a ella.

Así, el Servicio de Salud Chiloé organizó esta jornada, donde mediante un trabajo intersectorial busca entregar herramientas a los equipos de la red de salud, ya que existe una necesidad de que las atenciones sean más pertinentes y adecuadas a nuestra realidad local.

Diversas visiones

En la jornada se pudieron conocer algunas visiones y experiencias distintas frente al parto y al destino de la placenta.

Mujeres pertenecientes a la  Asociación de Mujeres Huilliches de Chiloé, Rayen Kuyen, de la  comuna de Quellón, relataron cómo antiguamente las placentas eran enterradas en el fogón familiar (lugar donde además ocurría el nacimiento) ya que se creía que este órgano que había acompañado a la guagua durante todo el embarazo, merecía permanecer como parte de la familia. Además se creía que ese rito hacía que el lazo entre el recién nacido y la familia fuera mucho más fuerte y permanente. Que no hubiera desarraigo.

Posteriormente, Alejandra Leighton, Referente Departamento de Salud Colectiva interculturalidad DESAM de Castro, presentó una Mirada a desde la Antropología,  y exhibió un video sobre las sanadoras de Chiloé, en donde se pudo conocer, entre muchos temas,  la concepción de estos personajes ancestrales sobre el parto, el alumbramiento y el significado de la placenta y el cordón umbilical en la historia de las mujeres chilotas. Se habló también de la implementación obligatoria de los partos en los hospitales, debido a la alta mortalidad y morbilidad materna e infantil de los años 70, situación que fue revertida significativamente al  implementar el parto hospitalario. “Este hecho, que todos reconocemos como positivo, hizo que durante algunos años el equipo médico asumiera el total control del proceso y el embarazo se viera como una enfermedad… tanto que cuando iban a dar a luz, la gente dijera “se va a mejorar”. Los niños eran retirados de sus madres para atenderlos y el proceso de apego era muy difícil. Ahora hay un proceso de revertir esto y humanizar los nacimientos, en condiciones óptimas para la madre, el niño y la familia” explicó Leighton.

Por su parte, las matronas del Hospital San José de Osorno, María Cristina Muñoz y Rocío Gueregat, expusieron sus experiencias en la sala de parto intercultural y los procesos que han vivido para poder tener un protocolo que permite la entrega de placenta a las mujeres que  lo soliciten.

Las profesionales mostraron cómo se han tenido que enfrentar ante muchos prejuicios y mitos dentro del equipo médico y hospitalario, y cómo lentamente han ganado sus espacios fundamentándose en el respeto y en el dar a conocer la diversidad de visiones que tiene la placenta para algunos grupos. “Porque aunque la mayoría de mujeres no la consideran relevante después del nacimiento, porque aunque se nos haya enseñado que hay que disponer de ella  como un residuo hospitalario, la verdad es que hay otras cosmovisiones que igual son válidas y deben ser respetadas”, expresó Cristina Muñoz. La profesional también destacó la “humanización” del parto, en el cual la mujer es quien decide si recibe o no anestesia, si quiere estar acostada o dar a luz en otra posición, decide además si quiere estar acompañada de sus familiares… y el equipo médico la apoya, la orienta, la acompaña y ayuda. Pero de manera que el momento sea de ella, no de los doctores o de las matronas”.

Pese a esto y a la escasa intervención médica directa que ellas dicen debería haber al momento de dar a luz, ambas profesionales son tajantes en afirmar que pese a toda su experiencia en partos no se atreverían a  atender a las mujeres en sus casas. “Esos 5 minutos que puede haber entre que se presente una emergencia y se llegue al hospital son vitales para la madre y el niño. Pese a que casi siempre todo sale bien, no nos arriesgaríamos ni arriesgaríamos a una mujer a tener a su hijo en un lugar distinto al hospital (o clínica). La vida es frágil. Aunque sea el mejor escenario, el mejor pronósticos, algo puede fallar siempre y por baja que sea esa posibilidad, no hay que correr ese riesgo nunca”.

Trabajo conjunto a futuro

Al finalizar la jornada y luego de mesas redondas, presentaciones y preguntas, los asistentes, que provenían de las 10 comunas del archipiélago y tenían diversas visiones, opiniones,  y planteamientos frente a los temas tratados, acordaron trabajar en un protocolo la entrega de placenta.

 Como acto simbólico de lo que la placenta representa para la vida del bebé, los asistentes recibieron un arbolito nativo para plantar y acordaron próximas reuniones para trabajar en conjunto este tema que sin duda ayuda a potenciar la pertinencia cultural de la Red de Salud y responde a las necesidades particulares de la realidad chilota multicultural y diversa.

El árbol de la vida) Impresión con témperas de una placenta humana y su cordón umbilical.

El árbol de la vida: Impresión con témperas de una placenta humana y su cordón umbilical.

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